La campana suena, grave, profunda : La patria llora.
La campana sigue sonando , lacerante, llena de conmoción : la patria llora.
La campana se oye de nuevo , vibrante, patética : la patria triunfa.
La campana vuelve a tocar , cristalina : la patria espera.
Tú tienes una patria. Un país muy querido
que a través de los siglos es tu orgullo, tu gozo.
Ama sus montañas y sus ríos , sus paisajes de brocado y de raso.
Ama su historia gloriosa. Ama a su pueblo laborioso.
Ama a sus heroicos defensores.
Los ríos corren impetuosos
como corre la sangre de su pueblo.
Sus montañas son elevadas ,
pero más altos son los huesos que allí se amontonan.
¡ La tierra es estrecha , pero amplia tu ambición,
perqueño país tantas veces nombrado !
Ayuda a tu patria con toda tu alma. Sé fiel a ella.
Defiéndela con tu cuerpo y con tu sangre.
Constrúyela con tu corazón y tu mente.
Comparte el gozo de tus hermanos
y la tristeza de tu pueblo.
Una patria.Un pueblo.
Un alma. Una cultura.
Una tradición.
¡Ama mil veces tu patria !
El Señor te lo enseña . La Nación te lo pide.
¡ Que el amor por tu país pueda ser un todo
con la sangre que corre por tus venas !
Adaptación Monseñor Francisco Javier Nguyen van Thuan.
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